REFLEXIÓN 7: Ambientes de aprendizaje mediados por TIC

 REFLEXIÓN 7

 Ambientes de aprendizaje mediados por TIC



En el ámbito de la educación escolar, la participación se refiere a la colaboración directa de los docentes y padres de familia en los procesos de aprendizaje del estudiante. Esto puede tomar lugar tanto en horario escolar como extraescolar. También se incluyen espacios formativos para las familias, sea en forma de participación informativa, consultiva, decisoria, evaluativa o educativa. La participación en el ámbito escolar pretende reformar las prácticas docentes y políticas de gestión, modificando el rol de los estudiantes. Esto puede lograrse permitiendo que los estudiantes tomen decisiones sobre sus actividades, asumiendo un papel activo en su propio proceso educativo. Esto promueve el protagonismo estudiantil en el proceso educativo, al mismo tiempo que reivindica su derecho humano a la participación. 

La participación es importante dentro de la educación porque se promueven las responsabilidades y los derechos que se tiene como miembros de esta. Esto tendrá un efecto fuera de la escuela, donde los estudiantes sabrán ejercer sus derechos y responsabilidades como ciudadanos. La participación ciudadana es indispensable para sostener, desarrollar y transformar la educación en las direcciones deseadas, es un imperativo no solo político – democrático, sino también en la sustentabilidad de las acciones individuales, sólo posibles desde la subjetividad y diferentes prácticas culturales. La participación ciudadana mejora la confianza en las personas ya que se sienten valorados por lo que hacen en la comunidad.

Se considera que un participante dentro de una interacción comunicativa es aquel que emite o recibe un mensaje. Por lo tanto, se puede evidenciar la noción de participar como el acto de un sujeto (en este caso, el estudiante) que es visible frente a los otros, al mostrar frente al grupo de compañeros su aprendizaje a un tema o discusión. El que los estudiantes piensen la participación como la oportunidad para dar ideas y ayudar, permite incluirlos como protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje, compartiendo junto con los docentes la toma de decisiones en los asuntos que son de su interés.

Algunas de las interacciones que se dan en el aula pueden ser de cooperación o competencia, de empatía o rechazo, de autonomía o dependencia, de actividad o pasividad y finalmente de igualdad o desigualdad. El docente genera los tipos de interacción a partir de sus estilos de enseñanza. Los estudiantes pueden modificar, estructurar e imponer un tipo de interacción en el aula que caracteriza los intercambios en el proceso de enseñanza.

El fomentar la participación de los estudiantes desarrolla su autonomía, ya que, da paso a la reflexión sobre el propio aprendizaje y desarrolla la capacidad de aprender a aprender. Se trata de un proceso que permite poner el foco no sólo en aquello que se aprende sino en cómo se aprende. Para alcanzar la autonomía en el aprendizaje el estudiante debe adquirir paulatinamente sus propios criterios, métodos y reglas que hagan efectivo dicho aprendizaje. Algunas prácticas que favorecen la autonomía son: la lectura, las exposiciones, las investigaciones, los juegos lúdicos y poner en práctica lo aprendido.

Así pues, el docente debe guiar y hacerles seguimiento a sus estudiantes haciendo retroalimentación de contenidos en todo momento. Además, el docente debe ser crítico de su propio quehacer, ser abierto a la investigación y a la actualización constante. También debe poseer conocimientos y habilidades suficientes para el manejo de las habilidades suficientes para el manejo de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, como son las TIC, de forma que pueda interactuar y apoyar a los estudiantes en el desarrollo de los cursos.

Son muchos los actores que interactúan en un proceso de innovación, es por ello por lo que el ambiente educativo requiere de la acción de cada uno de los participantes. Sólo así podrán implementarse nuevos procesos de manera coherente y articulada. Esto es un reto, ya que se debe dar desde el gobierno con sus programas, políticas, normatividad hasta la implementación en lo local, las instituciones con su comunidad educativa, su entorno sociocultural y ambiental.

El papel como docente, orientador y facilitador es fundamental en la innovación, ya que él es un motivador para que desde el aula los estudiantes generen ideas, y propongan nuevas formas de abordaje al conocimiento. El objetivo es que los estudiantes puedan aventurarse a nuevas formas de ver el mundo, por ello la gerencia necesita de un equipo de personas que tengan una mirada diferente de los jóvenes, contemplarlos desde un mundo de posibilidades, de capacidades y destrezas, para canalizar de manera propositiva todo ello.

La implementación de las TIC en el ámbito educativo tiene la capacidad de realizar los cambios necesarios en la enseñanza y así lograr que ésta se encuentre acorde a las demandas de la sociedad del conocimiento. Sin duda existe un elevado potencial de aprovechar la tecnología para la enseñanza y el aprendizaje. La utilización de las nuevas tecnologías en la educación no reduce el trabajo de los profesores. Su uso está cambiando el concepto de enseñanza, el rol del profesor, el aprendizaje, y las necesidades de los estudiantes.

Las nuevas herramientas y tecnologías educativas digitales, que se encuentran en las primeras etapas de aplicación, proporcionan un gran potencial de mejoras en el acceso, presentación del material didáctico existente y en las metodologías de trabajo. Pero su principal mérito está en la capacidad de expresar los conceptos de enseñanza-aprendizaje desde diferentes perspectivas, facilitando la aplicación de diferentes estilos de aprendizaje y métodos de evaluación. Gracias a la tecnología de la educación el personal escolar puede estar al tanto de sus estudiantes y atender sus necesidades.

Para finalizar, la participación ciudadana es fundamental para que sigamos construyendo ciudadanías cada vez más incluyentes. Para construir una ciudadanía equitativa tenemos que reconocer las diferencias y redistribuir la riqueza de una forma equitativa, promoviendo mecanismos que promuevan la participación de los grupos que a ella no tienen acceso. En este sentido, entendemos que el sistema educativo tiene una fuerte tarea en la educación para la ciudadanía, pero somos conscientes que todos los ámbitos de nuestra vida son un conjunto de acciones y de prácticas educativas, orientadas a la transformación de nuestros valores y actitudes, nuestras formas de pensar, nuestras acciones y nuestras formas de relacionarnos con los otros. Todo esto con el fin de contribuir a la justicia social, a la equidad social, a la conservación de los ecosistemas y al respeto de los Derechos Humanos en nuestro entorno inmediato o en cualquier lugar del planeta.


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